Empecemos entonces. Ubíquense en
mi punto de vista, soy como una especie de radio operadora en una empresa de
telefonía, manejando llamadas locales, nacionales e internacionales. Piensen
que en cada lado de las señales hay un representante de un grupo armado legal o
ilegal diferente y que también hay civiles. Todos hablan a la vez y es difícil
seguir esa señal. Señales que por demás están siendo pinchadas y retransmitidas
a través de la televisión en clave.
Finalmente piense que el sistema
colapsa, hay radio frecuencias relacionadas con el 11 de septiembre y todo el
mundo entra en pánico. El radio operador cambia de función, comienza a llamar a
la calma y las señales intervenidas ahora aparecen en circuito cerrado. El radio
operador casi que puede determinar quién está al otro lado de la línea y se
comienzan a emitir señales de auxilio para el grupo de dialogantes.
Este ejercicio de revisar y redimensionar
las situaciones de un hecho conflictivo desde el punto de vista de las víctimas
en Colombia es buenísimo, ojalá lo vayan haciendo en paralelo para que tengamos
muchas historias. Fíjense que cada cuadro que he ido pintando es en sí una
potencial película. Nuestro objetivo, por supuesto, sería construir un seriado
con toda esta información. Lo que hacemos es recopilar y organizar lo que
llamaremos nuestra Biblia.
En el caso de los artistas
plásticos, esto sería como un cuaderno de artista.
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